Adam.
Ariadna.
Adam y Ariadna.
Tenía muchísimas ganas de hacer esta entrada y de compartir con vosotros los entresijos de la creación de esta historia, y, aunque ahora mismo estoy a tope haciendo maletas, no he querido marcharme sin dejaros entre pedacito de nosotros.
Hablé con mis amigas y les hice esas mismas preguntas. ¿Debía tener una personalidad tranquila? ¿Sosegada? ¿O todo lo contrario? ¿O cómo debía ser? Hubo unanimidad en las respuestas: debía ser alguien que le metiera caña, pero que, a la vez, lo amara con locura. Y así nació Ariadna. De repente. Con tan solo esa idea, su personalidad se creó en mi cabeza en menos de veinticuatro horas y su historia comenzó a tejerse en ese instante. Era ELLA. ARIADNA.
Y ya que menciono su nombre, estuve dándole vueltas a cuál sería el suyo muchísimo antes de pensar en su personalidad y muchísimo antes de contarle a nadie (solo lo sabía Albert) que iba a escribir la historia de Adam y al venirme Ariadna pensé: «¿Cómo lo pronunciaría Adam?». Se lo pregunté a una amiga, fue una pregunta sin más, tal que «¿cómo pronunciaría alguien de habla inglesa el nombre de Ariadna?».
¿Y sabéis lo que me contestó?
«¿Cómo lo pronunciaría Adam, quieres decir?». Fue una pasada, en serio. Me pilló a la primera y no habíamos hablado para nada de Adam y su historia.
Después de todo esto… tuve que frenarlos. Me encontraba escribiendo el final de otra novela (os hablaré de ella enseguida mes porque la publico el año que viene) y tenía que concentrarme en la otra parejita que, por cierto, telita. Así que todas las escenas y los diálogos que empezaba a montarme en la cabeza tuvieron que esperar.
Puede ser que algún detalle ya lo haya mencionado en otra ocasión, así que perdonadme por ello, pero es que no quiero dejarme nada.
Cuando acabé de escribir Simplemente Sara, tenía claro que mi siguiente proyecto sería la historia de Adam. Bueno, lo tuve claro durante un par de días, más o menos. De hecho, el primer epílogo que escribí en Simplemente Sara iba encaminado a presentar su historia. No de Adam y Ariadna, no. De Adam y Katie. ¿Os acordáis de Katie? Jajaja, seguro que no, porque si yo he tenido que ir al manuscrito para recordar su nombre…
Katie trabaja en la universidad con Oliver, en su departamento, y sale en una escena donde Sara va a buscar a Oliver y lo ve dar clase a sus alumnos. Es una escena rápida donde Katie interrumpe un momento romántico entre Olly y Sara (corazones, corazones) para decirle que el decano lo está buscando. Bien, pues esa chica, ESA CHICA, era mi protagonista para la historia de Adam. En el epílogo se daba a entender que era una historia que venía de largo, que había sucedido en esos diez años entre el último capítulo de Simplemente Sara y el epílogo, y que por fin a Adam alguna chica le había robado el corazón…
Lo borré. Y cambié el epílogo. ¿Por qué? Porque lo hablé y lo hablé y lo hablé con mi entorno y realmente llegué a pensar que Adam no tendría su historia de amor, que su familia eran Olly, Sara y las niñas y que no necesitaba un amor de pareja para sentirse completo.
¡Qué equivocada estaba!
El caso es que así se quedó. Y yo viví durante casi un año con ese pensamiento: Adam no necesita nada más. Ariadna no existía.
Hasta que las lectoras empezasteis a pedírmelo, a escribirme por privado, y públicamente también, para decirme que Adam se merecía su historia. Y qué razón teníais. Esa idea fue haciendo mella en mí y comencé a dudar de mi decisión…
El resto ya es historia.
Ojo, SPOILER.
Cuando Ariadna descubre a Adam jugando al hockey con las niñas y le dice que son igualitas a él, aunque no se parecen ni en el blanco de los ojos. En ese momento no sabía dónde iría esa escena, pero era un hecho que no podía desperdiciarla.
¿Seguimos?
Poco después tuve que enfrentarme al GRAN DILEMA de la historia: ¿hasta dónde participarían Oliver y Sara? Fue una decisión dura, no porque me costara decidirlo, en realidad, eso lo tuve claro enseguida, sino por la decisión en sí:
No podía ser Sara Summers 5; era la historia de Adam y, aunque Oliver y Sara son su familia y su vida, no estarían presentes constantemente. Solo en lo importante.
Sé que muchos de vosotros queríais verlos a ellos tres, espero que sus contadas escenas hayan conseguido llenar el resto del libro.
Por otra parte, necesitaba a un par de confidentes para Adam, alguien con quien compartiera sus batallitas. Daniel y Brian me parecieron perfectos desde el primer momento. Siempre han sido dos personajes muy queridos para mí (sobre todo Daniel) y me apetecía pasar más tiempo con ellos.
Ariadna también necesitaba sus confidentes y, teniendo en cuenta la cantidad de personajes que rodean a Adam, decidí que el apoyo de su gente sería a través de mensajes: rápido y visual.
Por último: el espacio temporal.
Podía ser algo que sucediera en esos diez años de diferencia entre el final de la tetralogía de Sara y el epílogo… o no. Por motivos que no os puedo contar, pero que os contaré, me vi obligada a hacerlo después del epílogo de Simplemente Sara, por lo que me enfrentaba a un libro FUTURISTA. Jajaja, yo también flipé un poco, sí. ¡La historia se desarrollaría en el año 2028! Me vinieron a la cabeza coches voladores y mil cosas más, me agobié un poco y no sabía bien por dónde tirar hasta que pensé: «No pasa nada, tú escribe la historia normal, al final, ¿cuánto han cambiado las cosas en tu vida en los últimos diez años? Un poco más de tecnología, sí, pero tampoco mucho más». Me sentí más tranquila. Y decidí que lo importante era lo que quería contar, no en qué año sucediera, sin metidas de pata importantes, por supuesto.
Una vez tomadas estas decisiones… empezó la magia.
Tuve claro desde el principio que a Ariadna no le gustaría la música y que el objetivo de Adam sería enseñarle precisamente a amar la música. Tenía que elegir una canción, claro, una canción que hiciera el clic final en la cabeza de Ariadna. No tuve dudas, porque ¿cuál es la mejor canción del mundo para mí? BOHEMIAN RHAPSODY, por supuesto. ¿Quién no podría amarla si, además, Adam la tocaba al piano y la cantaba? Escribí la escena del tirón, escuchando la canción en bucle. Fue genial. Y para mí Adam y Ariadna siempre serán BOHEMIAN RHAPSODY. De hecho, todo el hilo argumental es en base a ello. Los capítulos son una reproducción exacta de la letra de la canción. Y como colofón, ha coincidido con el estreno de la película en los cines. Jajaja, increíble.
Ha sido la historia que más he disfrutado hasta el momento, volver a mundo Sara Summers fue una pasada y me encontraba en un estado constante de éxtasis total. Además… fue tan fácil, salvando el bache de ¿estaré a la altura de la historia?, que fue un señor bache, pero, una vez superado, todo fluyó.
Al principio decidí releer los cuatro libros de Sara para ponerme en situación, pero empecé a escribir el capítulo uno cuando apenas iba por la mitad de Los saltos de Sara. No era necesario releerlos: ellos y yo nunca habíamos dejado de estar en sintonía.
Esa era otra pregunta que hacerse. Tanto Adam como Ariadna me hablaban juntos y por separado, por lo que decidí darles un capítulo a cada uno. Lo que también tuve claro desde el principio es que OJO SPOILER se lo contarían a la familia de Adam. Que ellos físicamente se encontrarían delante de ellos y que les hablarán de su historia, así que yo en todo momento los veía ahí.
Bueno, y poco más, hoy sí que os he metido rollo, jeje, pero quería que lo supierais.
Vamos ahora con un pequeño juego. Hay muchísimos guiños en No es amor, es diciembre de la tetralogía de Sara. ¿Los habéis descubierto? Jajaja, seguro que no, que yo sea una friki de la historia no significa que los demás lo seáis. ¿Queréis que os cuente alguno?
1.- El capítulo 1 es un guiño total a la escena de Sara y sus amigas con la ganzúa. No fue casualidad que quisieran abrir el coche de esa manera, lo hice a propósito. La diferencia es que a unas les resultó pan comido y a las otras se les complicó bastante el tema.
2.- Hay unos cuantos «literalmente» que también metí a propósito recordando que Sara incidía mucho en esa palabra y su significado «literal».
3.- El «puto despertador» de Adam no podía faltar, por supuesto.
4.- North Berwick. Ya que quería escribir una escena fuera de la ciudad, escogí ese pueblecito por salir en Simplemente Sara.
5.- I need a héroe. ¿Recordáis esa canción de Bonnie Tyler? Sale en una escena del último libro de Sara, mientras juegan todos al hockey en el Crowden School. Una vez decidí que quería poner música a la escena de Adam con las niñas jugando al hockey, tenía que ser esa.
6.- Momento pregunta retórica de Adam y Ariadna. Adam tiene un recuerdo cuando Ariadna le dice si no sabe lo que es una pregunta retórica. Un recuerdo de su pasado.
7.- Pensaré en ello mañana. Es un pensamiento que hace Adam y que es Sara total.
8.- Esta es mi favorita. Cuando Adam le dice a Ariadna que su Play Station 2 dejó de funcionar de repente. En Los saltos de Sara sabemos que es porque Oliver la desarmó y no supo armarla de nuevo. Jeje.
9.- Misterio de cómo consiguió la pandilla las bebidas en su primera borrachera resuelto. Oliver tuvo que hacer unos trabajos para unos alumnos mayores que ellos
Hoy os he pedido ayuda por Instagram para completar esta entrada, os he preguntado por cosas que os gustaría que os contara por aquí. Gracias a todos los que me habéis contestado. He ido metiendo vuestras inquietudes por aquí y por allá, pero me he dejado alguna. Así que voy a por ellas.
Me habéis preguntado cuánto tiempo he tardado en escribir la historia y os diré que ha sido el libro que más rápido he escrito: apenas tres meses. Una pasada. Una vez empecé… no hubo ni dudas ni parones.
Y también me comentabais que por qué Adam tiene un solo libro, jajajaja, me ha gustado mucho este comentario. Mi respuesta: nunca se sabe lo que puede traer el futuro… ahí lo dejo.
Y creo que no me dejo nada. Solo dar las gracias una vez más (nunca me cansaré de hacerlo) a todos los que me habéis pedido esta historia y a los comentarios que me mandáis contándome vuestras impresiones por las redes sociales. ¡Sois lo más!
¡Un besazo y nos vemos enseguida!
Susanna.